Transformaciones en las vidas v/s reformitas cagonas. Sujeto Popular V/S Ciudadano empoderado

El gobierno de la Bachelet ya llegó y esta en plena instalación. En este Mirando del nº 67 del Pueblo Rebelde Vencerá, queremos compartir contigo, las líneas generales de cómo estamos mirando, las lautarinas y lautarinos, este nuevo gobierno del capitalismo chileno. Como una muestra veremos que pasa con esto del frenesí y la necesidad de un ritmo, cuyo transfondo es la instalación de un nuevo sentido común, un nuevo relato y/o una apuesta de los señores del poder.

Lo primero que tendríamos que decir es que, el Chile como plataforma de negocios a nivel latinoamericano se está instalando a toda velocidad y que esto de apostar a un país desarrollado para los intereses del poder, también comenzó a correr contra reloj. A estas tamañas apuestas, eso sí, le falta aún, un clima, un estado de las cosas, que permita que la mayoría de la sociedad se sumerja en esta nueva intención de naturalizar la dominación. Es decir, hay un retraso en lo que refiere a que la subjetividad y la colectividad popular se sintonicen con las apuestas que tiene el capitalismo chileno. Es justamente allí, que el gobierno de la Bachelet cumple una funcionalidad de tremenda importancia, porque es el gobierno, en donde las voluntades de millones debiesen comenzar a girar y encauzarse en los rieles de la normalidad capitalista.
Es con esta misión, es con esta urgencia, es que llega el gobierno de los eunucos, que le han hecho el medio oso a la bajísima participación de los chilenos en las votaciones últimas. Un gobierno al cual le toca un momento histórico de la sociedad chilena, en que sí o sí tienen que hacer algunos cambios, de hacer eco en algo a la evolución lógica de la historia. Entonces, los cambios están orientados más bien a maquillar las necesidades que a las transformaciones sustanciales de las vidas de millones. El discurso que han ido instalando es aquel que dice que este es un gobierno de las grandes mayorías, que han sabido escuchar las demandas de la ciudadanía empoderada y que su programa de gobierno está pensado desde las calles. Todo ese cuento barato no es otra cosa que el voladero de luces para la instalación de una cancha táctica en donde debiese desenvolverse la sociedad civil. Es frenar el impulso indómito e insolente del Gigante de dos cabezas (País Popular y Pueblo Mapuche) para instalar sus poquitos y sus nuevas migajas. El ciudadano empoderado como ideal de la sociedad civil y la reforma como el estilo de apertura hacia el salto cototo que esta dando el capitalismo criollo.

Ciudadano Empoderado v/s Sujeto Popular: La movilización popular, que se viene expresando hace un par de años y que tiene como data de fecundación más de una década, es su gran dolor de cabeza. Esta movilización estaba entrando en una fase de confrontación estructural cuyo mayor peligro es la potencia que las voluntades de millones de rostros concretos se fuese haciendo un solo puño de combate, de que la necesidad particular se incruste en la necesidad colectiva de quererlo todo para todos, de que lo comunitario fuese tomándose tiro y cancha en la escena nacional. Entonces, la ofensiva es clarita, atomizar la protesta, individualizarla, zafarla rápidamente de cualquier vestigio de patrimonio, de impedir  lo colectivo para instalar la nueva forma del capitalismo chileno. El ciudadano empoderado cumple dicha función, que no es otra cosa que el individuo individualizado, que se junta con el otro individuo sin ningún sentido de clase sino que por algo en particular para luego separarse y así hacer perder de sentido a la historia misma. El sujeto popular, en cambio, es aquel que se hace desde la relación con el otro, con su historia y es capaz de construir provocaciones colectivas. La apuesta del poder y que la viene ejecutando, es que las necesidades pasen hacer demandas circunstanciales y aisladas. Entonces podemos ver gente protestar en el sur y norte de chile, quedando como hechos aislados y particularizados en un momento y lugar específico.

Transformación de la vida y de la realidad v/s Reformitas cagonas: La primer apuesta que realizan, es instalar un ritmo amparado en eso de las 50 medidas en los primeros 100 días. Pero también, al poco andar quieren instalar la idea que las reformas son sustanciales y significativas en las vidas de millones. La reforma se asocia a los poquitos, a los cambios maquillados y que nos transgrede en lo más mínimo los intereses medulares de los señores del poder. Qué reforma tributaria, que reforma educacional, son puros directrices eunucas que no van hacer la vida de millones, felices, plenas y gozosas. El discurso desencajado lo que pretende buscar es, instalar una cancha política y controlada por donde transite el ciudadano empoderado. Un ejemplo clarito es lo que están haciendo con la reforma educativa, en donde están fijando la agenda para que todo el mundo –tanto los que están de acuerdo como los que no – opinen sobre ella, que se metan en aquella cancha, dejando de lado, alejándose de lo propio. Así avanzan a paso seguro en las apuestas que enunciamos más arriba. Al carajo con toda esta mierda, la única forma de ser libre y de que la vida sea distinta y mejor, es que el Pueblo y sus habitantes tomen las riendas de sus vidas y vayan haciendo su cuento propio, pirando el estilo de vida del capitalismo. Y eso no es otra cosa que la revolución.

La provocación de las lautarinas y lautarinos es hacia la revolución y la subversión chilena, creando, inventando y gozando a concho lo propio, lo popular y el devenir del País Popular. Las vidas son para vivirlas de manera intensa, para compartir y resolver nuestros problemas de manera colectiva. De empaparnos por el todo y no por la particularidad ni la minucia. Es por eso y más, que desde comienzo de año que estamos en una ofensiva, cuyo principal propósito  es de hacer un aporte subversivo al Gigante Popular. De lo que se trata es de marcar nuestra propia cancha, de ir creando lo nuestro y no estar respondiendo poquitos. Nuestra ofensiva, de actitud lautarina, es para no darle espacio  ni tiempo a la instalación de los eunucos con sus caricaturas de cambios. Buscamos el ir haciendo la totalidad de Pueblo, en donde la protesta del norte, del sur, de los estudiantes, de los trabajadores, de las poblaciones, de pescadores etc.. con corte de ruta, con toma de liceos, con actividades culturales, con murales, revistas, radios, lienzos, con barricadas…., no son hechos aislados, no son expresiones de malestar ciudadano, sino que son una totalidad, son parte de el ir haciendo lo propio, de ir haciendo el puño de combate del Pueblo y que le da con todo a los del País de los Negocios.

Entonces compita, dejémoslo de huevadas y sigamos en la calle protestando, avanzando en el tumbar al poder, de hacernos juntos Pueblo. Las revoluciones son de Pueblo, son para vivir y hacer las vidas completitas, integrales y de goce a destajo.

Ya pues, lo dejamos hasta por aquí. Esperamos que este nuevo Pueblo Rebelde Vencerá, sea un aporte a la lucha popular, subversiva y Revolucionaria. Esperamos desde ya vuestros comentarios, reflexiones, opiniones. Nos puedes escribir al lautaro.mjl@gmail.com

Lautaro
Junio del 2014

¡¡¡ CONTRA EYZAGUIRRE Y SU REFORMITA EUNUCA: ESTUDIANTE INDÓMITO, A LA CALLE POR LO NUESTRO!!!

EL PUEBLO REBELDE VENCERA Nª67

Compas, compartimos con ustedes la edición número 67 de nuestro periódico "El Pueblo Rebelde Vencerá". Esperamos sus aportes, comentarios, críticas, sugerencias y demáses.

Abrazos subversivos

¡Saludos!

El arcoiris eunuco


En la primera página del Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, Carlos Marx escribe lo siguiente:

“Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa.”

Sabia reflexión la del viejo barbón. Nos viene de perilla para este artículo que pretende articular estos dos momentos de la concertación y la nueva mayoría, que tiene como eje el arcoíris eunuco.

La tragedia de la Concertación

Corría la década del ochenta y la juventud popular hervía en ganas de pirar al tirano. El Pueblo en Llamas hacía su estreno heroico en las jornadas de protesta del año 83. Rápidamente el fuego de las barricadas y las piedras de las hondas se transforman, pegándose un salto cualitativo en el fuego de las armas de la vida y la osadía de quererlo para todos todo. En el año 82, del empate entre los cojonudos militantes del MAPU y la juventud popular surge el Movimiento Juvenil Lautaro, dando sus primeros pasos en la Malaquías Concha, la San Gregorio, la Joao Goulart, en las combativas calles de La Granja. Un año más tarde el PC se decide a formar un aparato militar: el FPMR.

El asunto es que los populares íbamos por más, los sueños de una vida distinta, tranquila y propia se traían al aquí y ahora, las aspiraciones del pueblo chileno crecían en ambición de quererlo todito.

Por el año 1988 se crea formalmente la archiconocida Concertación de Partidos por la Democracia, transformándose rápidamente para la institucionalidad en un interlocutor válido que posibilitaría a la dictadura tomar una posición secundaria, sin ver desmoronarse su remozado País de los Negocios. Por otro lado, la naciente coalición se auto erigió sobre los hombros de todo el recorrido de lucha popular para ir pactando una “transición política a la democracia”.

En términos discursivos la Concertación se publicitaba como el cambio, el corte histórico que repondría la democracia y la justicia, dejando atrás el oscurantismo dictatorial bajo el eslogan del arcoíris y “la alegría ya viene”.

El punto es que después de 20 años de gobierno la alegría nunca llegó… hubo justicia en la medida de lo posible, justicia cagona. Hablábamos en ese entonces de una democracia de cristal, la que si se toca con necesidades de pueblo se rompe. Nunca hubo cambios, por el contrario, se dedicaron a perfeccionar la “obra” de la dictadura y a llenarse los bolsillos.

Del arcoíris y la alegría pasaron a “la oficina”, organización creada para fomentar la traición, la delación y la represión en contra de los revolucionarios, mientras importaban desde Alemania la Cárcel de Alta Seguridad (CAS), experimento fallido para aniquilar las vidas y las ganas de una generación de revolucionarios. Así es como la concerta confirma su pacto con la dictadura y cruza para siempre la frontera hacia el país de los negocios.

La concertación pasará a la historia como la coalición que blanqueó a la dictadura a costa de la traición de las aspiraciones de una vida distinta y mejor de todo un pueblo que sangró y luchó. Ahí estaría la tragedia. Su legado es de la traición, el choreo, la estafa y las migajas.

La farsa de la Nueva Mayoría

Como lautarinas y lautarinos desde 1998 que venimos evidenciando un cambio de época a nivel mundial, el cual se va manifestando en diversos hitos, siendo el más potente el chancacazo a las torres gemelas como el grito de chatura con la democracia y el progreso yankee. Por estos lares también se ha dejado sentir, principalmente a través de la juventud popular en el 2001 con el mochilazo, el 2006 con la revolución pinguina y el 2011 con el desate contra el lucro. Pero no solo son los estudiantes, también en el movimiento de los trabajadores se ha ido incubando un nuevo sindicalismo que rápidamente ha ido superando los poquitos y los no se puede, a punta de paros y huelgas. También los pobladores a lo largo y ancho del país popular, luchando por vidas dignas y plenas.

Hoy, después de maquillarse y pedir perdón, se presentan nuevamente bajo este manto de la Nueva Mayoría, vienen llenos de promesas y un programa que se queda en puros titulares, pretendiendo hacerse representativos de las luchas populares que irrumpen en esta nueva época. Pretenden revivir el arcoíris de sus tiempos mozos, solo que esta vez el arcoíris es eunuco, carente de futuro y por lo tanto impotente. Los tiempos no corren como para seguir comprándole a la concerta.

Su apuesta es a “reencantar a la ciudadanía”, a institucionalizar la rebeldía desatada por la juventud popular, a encontrarle un nuevo relato al capitalismo que sea capaz de convencer y generar adhesión, recomponiendo las grietas abiertas en la hegemonía del bloque dominante. Todo esto a punta de bonos y reformas que no inciden en la cotidianidad de millones de populares y mapuche. El arcoíris eunuco es un nuevo artilugio pensado para los intereses de unos pocos, es una coalición “pegada con moco” motivada por los cuoteos de poder. No son más que una farsa.

Desde esta trinchera decimos: no somos “ciudadanos empoderados”, somos sujetos con historia y voluntad, somos pueblo capaz y no le compramos sus nuevos cuentos de arcoíris eunucos y alegrías truchas.



Lo nuestro es  hacernos como Pueblo libre, feliz y de vidas plenas, para eso no hay dogmas ni fórmulas, sino que lucha creativa, agigantándonos y haciéndonos Revolución.