En estos 29 años de vida subversiva
El 13 de Diciembre, Lautaro está en su 29 aniversario de nacimiento. En este número de Pueblo Rebelde Vencerá, quisimos hacer una selección de preguntas que hablaran de nuestra historia. La Entrevista que seleccionamos lleva por título “INCONFORMISTA Y REBELDES SIN VUELTA”: El vértigo del grupo Mapu Lautaro, que fue realizada a nuestro compañero Guillermo Ossandón, el año 2004, por la Revista de Critica Cultural.
“N.R.: El grupo Lautaro ocupa una posición marginal o, mejor dicho, excéntrica en el mapa de la izquierda en Chile ¿ A qué se debe, crees tú, la mirada primero de desconcierto y luego de desconfianza con que el resto de la izquierda parece mirar al Lautaro ?
G.O.: El desconcierto pudo haber sido el origen: nacimos asaltando tiendas “Bata”, con palos y cuchillos, sacando la mercancía a la calle y dejándola en la gente, después pollos, en fin, está obsesión nuestra por irnos llenando de “productos revolucionarios”. En el ’83, esa praxis es nueva en la cultura de la izquierda chilena. Y esto fue bullicioso. Lautaro nació grande, capaz, con ganas, eso contribuyó al asombro.
Un origen cierto de las desconfianzas fue esto del lumpen: así nos llamaban por ser una fuerza de jóvenes populares sin ningún intelectual o algo parecido en sus filas. Eso para aquella gente ya era evidencia notoria que éramos algo raro. Entonces Lautaro se hizo sospechoso casi al tiro de nacer en estos ámbitos de la izquierda. La bulla siguió creciendo, se metió El Mercurio , vino el viaje del papa y literalmente nos borraron de los registros de la izquierda. De otra parte, nosotros rápidamente nos enamoramos de la distancia, simplemente no éramos de ese mundo que ya empezaba a morir. Después de algunos intentos por la izquierda unida que fue uno de nuestros empeños de infancia, la distancia se hizo abismo cuando rechazamos la invitación de ingreso al naciente MDP ( Movimiento Democrático Popular ), en el ’83.
A continuación, la desconfianza se desglosa: Con el mundo PC nunca hemos tenido afectos especiales, aunque nunca hemos dejado de sentirlos como una suerte de parientes lejanos. Mi impresión es que aparte de considerarnos bichos raros, no es mucho lo que saben de nosotros. En el ’85 ellos se meten en su nube del “año decisivo” y después en esas voladas del fracaso, los plebiscitos, etc.. Lautaro andaba en otra. Las otras desconfianzas, las del mosaico socialista y por ahí, tienen que ver esencialmente con sus procesos y asuntos, ellos terminaron en pedazos de poder, dirigiendo la represión y la cárcel; nosotros, en la clandestinidad y presos. Es una desconfianza de mundos.
Con la otra izquierda que existía en los orígenes el cuento es distinto. El MIR ya había dejado de ser uno y a pesar de que nunca logramos entender al Andrés Pascal ( y esto debe haber sido mutuo ), sí tuvimos una hermosa y fecunda relación con una vertiente del mirismo, el EGP ( Ejército Guerrillero del Pueblo ), y en el ’91 y ’92 con la Coordinadora Subversiva por una Patria Popular ( CSPP ),. Con el FPMR ( Frente Patriótico Manuel Rodríguez ), la relación de base fue variada y a veces bonita. El problema es que ellos, además de comunistas eran milicos y nosotros una especie de civiles poco fiables. Esa costra, aunque lo intentamos, nunca se pudo romper.
Hay una contradicción que nosotros terminamos de resolver formalmente el 2002 cuando declaramos terminada nuestra relación con la “política” denominando al oficio como “subversión” ( y a nosotros mismos como “subversivos”, hacedores en ese rubro ); cuando dejamos atrás el concepto de Partido y asumimos el nombre de “fuerza”, ya no clandestina sino que “ abierta en el Pueblo” ( “Fuerza Subversiva Lautaro”, así es nuestro nombre actual ); cuando nos olvidamos para siempre del MAPU y en nuestra organización interna cambiamos la concepción del “centralismo democrático” por la del “centralismo diverso”. Lautaro no alcanzó a tener relación con las dinámicas de la guerra fría y en rigor no proveníamos de ninguna de las vertientes de la izquierda antigua. Nacimos despojados de todo cariño especial con los conceptos tradicionales, excepto aquel volcánico de “ revolución” pero que nosotros tradujimos a nuestro modo. Lautaro había nacido distinto, liberado de rigideces. Cuando decidimos combatir a los gobiernos de la Concertación ni en nada que tuviera que ver con “la medida de lo posible “. Queríamos más, un país dedicado a su gente, a sus necesidades y ganas. Daba para más, muchísimo más, así lo había dejado abierto Allende con su combate, retomado con el “Pueblo en Llamas” de las protestas. Con una mirada diferente, en la actualidad seguimos pensando y queriendo lo mismo: la Concertación no sirvió, no sirve y el pueblo tiene que lanzarse a inventar de nuevo su propia cosa
N.R.: Ciertas relecturas críticas del marxismo, motivadas por la crisis de los socialismos reales y las transformaciones epocales de la globalización post-capitalista, tratan de impulsar nuevos procesos libertarios de radicalización democrática. Ustedes, en el documento de la Auto-entrevista de 1996, parecerían descartar que esas relecturas postmarxistas sean útiles para la izquierda.
G.O.: No descarto nada. Sólo puedo intentar explicarte lo que me interesa y lo que no; también lo que desprecio. No nos interesa ni el mercado ni sus dictados, ni sus cuidados excluyentes. Me interesa, como dijo un rey de un país exótico “más que el producto, la felicidad “bruta” de la gente”, mi vida feliz allí incluida. El mercado trabaja con cifras en reemplazo de las personas y las cifras llevan a más mercado; si a eso le sumamos la demencia sangrienta de los yankees, el asunto por ese lado sólo lleva a un “sálvese quien pueda”. Mi interés es salirme de todos estos circuitos, es decir, meterme a vivir en el universo de los que están fuera de este asunto. Son muchos, son millones abrumadores, y yo estoy ahí. Me interesan los sueños y las ganas, esos combates con sus inventos, todo ello desde el mundo popular que, por cierto, es el mayor invento de todos los que hay por hacer.
No hay espanto frente a las relecturas críticas del marxismo. Sirven o no sirven, depende para qué se hagan. Los socialismos reales no nos provocan ninguna nostalgia. Queremos y respetamos por toda la vida a Cuba. La distancia del Lautaro es con la Renovación y esos renovados que saltaron de un mundo a otro, encaramados en el trapecio del poder y el conformismo, pasando a ser operadores del imperio. Bien que ya nunca más seremos vecinos; ni ahí con sus reflexiones frívolas, vacías.
El marxismo perdió seriedad cuando lo hicieron dogma y el asunto del dogma vino de la mano con aquella de que la economía determinaba todo: otro absurdo aunque prolongado en los actuales adoradores del Dios-Mercado. No se puede explicar la vida con sus sueños y ganas por un “modo de producción” y sus categorías. La vida tiene que ver con el “modo de vida”. Esa categoría nosotros la reencontramos en prisión releyendo a Marx en Los fundamentos de la Economía Política, los Grundrisse y, de manera muy particular, en sus Tesis sobre Feuerbach, exactamente la número 9. Eso fue en el ’96, ’97. Paralelamente trabajamos en detalle a Lenin concentrados en todo el período hasta la toma del poder y allí encontramos a un Lenin que va inventando su política, catapultado por los procesos que el pueblo ruso iba generando con sus empujes. Las Tesis de Abril, en pleno 17, nos dejaron pegados con su contundencia y audacia creativa. Lenin para nosotros fue un artista del arte de la política. Lo más contundente fue el encuentro con G. Lukács que se elongó del ’98 al 2001. no lo conocíamos, excepto esas lecturas típicas en los ’70, de su Historia y conciencia de clase. De allí nos pegamos con el artículo “Acerca del marxismo ortodoxo” y su tesis de que la única ortodoxia “radica en el Método”. El “método” es la dialéctica y de ahí pasamos a los tres tomos de su Estética. Antes de eso, nos detuvimos en su texto acerca de “El Hombre y la Democracia” y ahí encontramos su noción de “tertium datum” como lógica de la táctica marxista. En la Estética, nos pegamos con su categoría de la “particularidad” como la que termina recibiendo y originando a las otras dos de la “Totalidad” y la “Generalidad”. La “particularidad” remite al instante-búsqueda-proceso de creación de “lo nuevo”. Todo esto que Lukács deja remitido a lo artístico, nosotros lo extendimos a la subversivo, aquello que antes llamábamos “la política”.
¿Iremos para atrás o para adelante? Dejémoslo abierto. Nuestro faro es la Praxis, la noción clave del “marxismo de Marx”. Ello implica jugárselas, vivir apostando; para eso nos sirve nuestra manera de mirar.”
¡¡¡ POR UN PUEBLO FELIZ, DIGNO, GOZADOR Y PLENO: LAUTARO LUCHANDO AQUÍ Y AHORA!!!