Llegó la crisis concentrando en la cesantía el virus maligno para todas las gentes que viven en el País Popular. Aún nadie sabe nada y los organismos, las instituciones y los gurúes sólo se dedican a ajustar, a la baja, los índices del comportamiento de la economía.
El empleo se puso de pronto más incierto y brutal que antes, nadie sabe si sigue y hasta cuando. Los nuevos cesantes consolidaron a los de antes y, como tales, pasan a la cola callejera de las Ferias, agigantándolas y bajando las ventas.
Al igual que el socialismo real, el mentado “neoliberalismo” se suicidó metiendo la cabeza al water en uno de los baños de Wall Street. Eso tiene descompuestos los mecanismos capitalistas y con vacíos aún no resueltos en nuevas regulaciones. Mientras tanto, el frenazo es de magnitudes y los grandes del mundo y también de acá, han decidido perder “la confianza” en el Mercado y, mientras tanto, guardar, revisar, esperar, proyectar, variando los ritmos y los movimientos de sus negocios expansivos. El asunto va para largo, se habla de al menos 18 meses más, fines del 2010.
En el Primer Mundo, los “planes de rescate” de transnacionales suman 10 trillones de dólares y no pasa ná. Por acá, parece, no saldremos de los”bonos” que, en variedades de montos y destinatarios, serán más durante el año. Asimismo, el gobierno no descarta eventuales “salvatajes” locales. Plata no les falta, eso lo han dejado claro, también la opción política: migajas, puras migajas para los trabajadores y populares. La crisis la hizo el capitalismo de antes, el neoliberalismo finado que terminó reventando al mercado con un lucro a destajo y elevado a calidad de Dios en un capitalismo salvaje. Los culpables, empresarios y gobierno, no sólo pasan piola, a lo más pierden “valor nominal” y reciben recursos y cuidados. A la dama le está yendo bien en las encuestas y se ve entusiasmada por haberle encontrado un posible destino histórico a su desteñido gobierno: quizás pase como la “Señora de los Bonos”.
Todos ellos piden paciencia hasta que les vuelva la confianza a los que mandan en el mundo. El asunto es que paciencia queda poca y no tenemos por qué tener paciencia. La crisis se te mete, en nuestra calidad de vida, trastornándola, y no hay que mascar más mierda, claro que no.
Se trata de las migajas y de los derechos, de avanzar sin retroceder como MOVIMIENTOS SOCIALES y como FUERZA POPULAR. Esta es la manera óptima para enfrentarnos a la crisis y, a la vez, usarla como un atajo. Es tiempo de que el capitalismo de acá pague, que no salga pillo, que pierda en algo. Aquí estamos en crisis como en todos lados y, al igual que en todas partes, el costo de todo se lo están llevando las mayorías populares. Hay que empezar a chantar esta volada porque merecemos vivir mejor, bastante mejor. También, necesitamos Mirar más lejos, hacia los “Cambios Populares” en los horizontes de la Patria Grande y ésta crisis puede apurarnos en aquello.
Nuestro tiempo popular y subversivo es de Fuerzas, para avanzar y usar, se precisa crear y mostrar fuerza. Los despidos se paran parando la producción; la señora debe cumplir con todas sus promesas de legislación laboral y sindical. Hay que pelear todo. La lucha de los cesantes ambulantes con los pacos y los alcaldes es por trabajar, obligarlos a que los dejen trabajar.
Mayo del 2009