MASTICANDO LOS SAQUEOS

Para nosotros las lautarinas y lautarinos, una de las imágenes más potentes de los hechos posteriores al terremoto es la de los saqueos. En este asunto hay varias puntas, varias cosas que consideramos útiles a la reflexión subversiva y también para el más llegar con otros compitas.

Lo primero es resaltar el hecho de las necesidades resolviéndose en la caliente. Mientras el país completito estaba incomunicado, oscuro y echado abajo, los señores del poder no atinaban a nada, el país de los negocios demostró que era un país de cartón, que su progreso era chanta y se vino abajo con todas sus arrogancias.

La armada y su SHOA demostró nuevamente su incompetencia al no dar alerta de tsunami, recordemos lo que ocurrió hace poco en Chiloé, y para ir un poco más allá, lo que ocurrió con los milicos en Antuco hace ya algunos años. Su incompetencia se paga caro con vidas populares.


En estas condiciones los populares de las zonas más afectadas estaban en el más absoluto desamparo, sin saber de los seres queridos, sin agua, sin luz y un lote grande sin casa, además sin poder hacer mucho, más que esperar por la ayuda que nunca llegaba. Sin embargo no podemos acusar a la naturaleza de querer golpear siempre a los populares, más bien la natura golpeó fuerte, y gran parte de la catástrofe es de origen político – social.

El punto es que frente a la ineptitud y desinterés del poder por hacer algo ante la catástrofe, populares de manera masiva y espontáneamente saqueando supermercados y grandes tiendas, es decir, resolviendo las urgentes necesidades del momento.

Esa es una primera imagen. Dentro de esta escena tenemos el saqueo a domicilios particulares y no precisamente de casas de los ricos, y el saqueo de bandas para el mercado negro. En este sentido es necesario realizar una diferenciación en este asunto. Primero, destacar el hecho que la gran mayoría de la población implicada en los saqueos no pertenecía a bandas de choreo, no saqueó domicilios particulares – menos de otros populares – y no esta ni ahí con poner un boliche en el mercado negro, entonces podemos hablar de un sector minoritario que está en esa, al cual nosotros como lautarinos desaprobamos rotundamente, nuestro vivir y hacer no es para salvarnos solos.

Segundo, además de una distinción cuantitativa del asunto, hay una diferencia cualitativa en la valoración del saqueo, porque si hablamos que “los asegurados” eran minoría (cuestión que por la cotidiana lo sabemos todos), a la vez, podemos hablar de una masividad en aquello del saqueo como método para resolver las necesidades urgentes. Hay una diferencia clara en el saqueo para el beneficio particular y el saqueo para resolver necesidades populares, lo que queda manifiesto en el saqueo más nocivo que se dio, el del choreo a las casas de los populares, en oposición a una lógica de resoluciones colectivas para necesidades colectivas.

Otro aspecto cualitativo es lo “espontáneo” de los saqueos, aunque aquí hay que poner ojo en que nunca nada es tan espontáneo, están los recorridos de la historia que ahí se siguen desplegando, que se presentan muchas veces como organización, pero que también se van posando como “sentido común”, de ahí hay que ir aprendiendo. Sobre lo mismo destacar que igualmente se dio un cierto grado de organización, lo que queda clarito en la distribución de lo saqueado que se hizo en algunas poblaciones.

Nuestra mirada sobre esto es positiva, en el sentido del potencial tremendo que hay ahí, se construyó “de la nada” una Fuerza Popular que fue capaz de resolver instantáneamente. No nos sumamos a aquello de que lo espontáneo de por sí es antirrevolucionario y desechable, al contrario, estos gestos de espontaneísmo no hacen sino develar y dotar de más ganas en la lucha, de que el pueblo chileno posee una potencia y una disposición, volviéndose de este modo un desafío el ir provocando en todas las dimensiones posibles estas fuerzas capaces de resolver necesidades. Imagínense si el terremoto nos pilla con un movimiento popular maduro… nos tomamos todo.

Un tercer elemento en la escena es el saqueo de productos que no dicen mucha relación con necesidades urgentes de aquel momento y aquí nos asalta una pregunta ¿qué es lo que determina la necesidad?... una pregunta cabezona… tratemos de darle una vuelta.

Hay necesidades que son básicas, por decirlo de alguna manera, como lo es comer y abrigarse, pero también hay más necesidades, están las necesidades del ocio, de las sensaciones, del goce…. es decir, necesidades que van más allá de la sobrevivencia, que tienen que ver más con la forma en como estamos viviendo, con los modos vida. En este sentido el país de los negocios, con todas sus vitrinas, sus vidas a crédito, sus medios de comunicación, busca estimular permanentemente necesidades de este tipo.

Para nosotros la diferencia está en que las necesidades del capitalismo no buscan la felicidad de los pueblos, al contrario, buscan la explotación y la dominación, lo que se concreta en la hegemonía del país de los negocios (que trabajemos y que compremos harto, manteniendo la paz social). Una entrada al recorrido de esta hegemonía es poner ojo en como van instalando sus necesidades, sus modos de vida, sus modos de funcionamiento, planteándolo como “bien común” para todos los chilenos, mientras que en la concreta solo benefician a un sector minoritario, los poderosos.

Un ejemplo de estos productos saqueados son los plasmas. No se trata de condenar aquello, además, cuál sería el argumento para hacerlo. La punta que sacamos aquí va por otro flanco, tiene que ver con el permanente estímulo al consumo, y aún con todas las “facilidades” que el mercado da para consumir, con la frustración que este mismo estímulo produce, porque no se puede tener toda la modernidad que ofrecen, siendo esto un fundamento del capitalismo. El se mira y no se toca del mercado genera frustraciones que en esta oportunidad se dio vuelta como un bumeran.

Constantemente nos dicen que necesitamos un plasma porque se viene el mundial, de que se paga en “cómodas cuotas”, que el crédito de consumo, que ya todos tienen plasma, que te estai quedando en el pasado, que viene la televisión digital… en fin, un sin número de patrañas que hacen del plasma algo valioso, pero que en realidad ninguna importancia y valor tiene para la felicidad de los pueblos.

Para cerrar, de nuevo darle su lugar a la imagen principal, la potencia en el hecho de las necesidades resolviéndose en la caliente. La imagen es que miles en las calles, hombres mujeres, niños, jóvenes, resolviendo el instante, que estaba preñado de ineptitud. No son hordas, sino que Pueblo, haciendo suyo los imposibles del momento. 

Mayo del 2010